16 May La influencia de la redes sociales en las nuevas generaciones
Crecemos y nos desarrollamos en un entorno donde las nuevas tecnologías tienen una gran importancia. Estas herramientas digitales han pasado a formar parte casi inherente de nuestra forma de relacionarnos con el mundo, consumimos, conocemos, aprendemos o nos desahogamos a través de ellas. Sin embargo, la considerable novedad de la implementación de estas en nuestra vida diaria hace que pongamos en tela de juicio si estamos preparados como seres humanos para la gran cantidad de cambios que supone incluir las nuevas tecnologías en nuestra vida.
En este sentido salen a relucir una serie de cuestiones como: ¿existen repercusiones negativas de este nuevo modo de relación en las nuevas generaciones? o ¿pueden interferir en el desarrollo saludable de las nuevas generaciones en las distintas áreas vitales?
Centrar la atención en la repercusión de estas herramientas, en concreto las redes sociales, en los adolescentes se trata de una tarea primordial. Los adolescentes como nativos digitales se encuentran en un proceso de desarrollo madurativo social y cerebral en los que hay una necesidad por relacionarse con otros y construir la propia identidad. Las redes sociales cubren estas carencias de forma muy notable. Sin embargo, el mundo virtual que se construye en las redes sociales muchas veces dista de lo que uno se puede encontrar en la vida real: cuerpos idealizados, libertad absoluta de expresión de emociones y opiniones, relaciones superfluas o un entorno donde no hay espacio para lo negativo.
Es por ello que el uso que realizan los adolescentes de estas puede en ocasiones generar consecuencias negativas como: dificultad para crear vínculos estables, déficits en la expresión de emociones, baja tolerancia a la frustración, falta de capacidad de autocontrol, aislamiento social, aparición de inseguridades o reducir las actividades de ocio. Es así como desarrollarse exclusivamente a través de las interacciones en este mundo irreal puede generar importantes dificultades para alcanzar su autonomía en la etapa adulta.
Pero ¿realmente la tecnología tiene capacidad para modificar nuestros cerebros? La tecnología que usamos cotidianamente es capaz de modificar nuestro cerebro mucho más de lo que creemos. Los hallazgos científicos de las últimas décadas han demostrado que el cerebro es un órgano plástico, constituido por neuronas capaces de regenerarse y de sufrir una remodelación permanente en respuesta a las experiencias que vivimos. En consecuencia, el cerebro del ser humano está en constante transformación, y ofrece múltiples capacidades de
ser modificado por las diferentes experiencias a las que se ve sometido. Este concepto se conoce como plasticidad neural o cerebral. La exposición diaria a la alta tecnología estimula la alteración de los caminos neuronales y la activación de los neurotransmisores, con lo que gradualmente se afianzan en el cerebro nuevos caminos neuronales, al tiempo que los antiguos se debilitan. Muchos usos de las nuevas tecnologías pueden mejorar las habilidades cognitivas y las habilidades en multitareas. Sin embargo, sumergirse en la tecnología de manera intensa pone al adolescente en riesgo de distanciamiento social y emocional por varias razones: porque modifica el formato de los procesos atencionales, favoreciendo estados de atención parcial continua; porque fomenta la atención a los objetivos con recompensa inmediata y la pospone para tareas con satisfacción a largo plazo; porque la identidad difusa on-line disminuye la sensación de riesgo en tareas peligrosas; y porque un porcentaje alto puede llegar a la adicción, con desprendimiento de tareas ordinarias obligatorias, por mantenerse on-line.
En este sentido, entre los indicadores que nos pueden mostrar cómo los adolescentes pueden estar haciendo un uso excesivo de los dispositivos electrónicos se encuentran:
– Reducir las horas de sueño por estar conectado
– Descuidar otras actividades
– Estar pensando constantemente en la red
– Perder la noción del tiempo conectado
– Aislamiento social, irritabilidad o bajo rendimiento escolar
– Sentir euforia y activación excesiva cuando se está conectado
Pero no solo se deben demonizar a estas nuevas herramientas ya que si se hace un uso adecuado pueden hacer que el adolescente tenga una mayor capacidad memorística y de aprendizaje o rapidez en la toma de decisiones. Es más, las nuevas tecnologías pueden ser útiles para promocionar hábitos de salud en temas como la educación sexual. La cuestión reside en los límites que establecen las figuras de autoridad que permita a los adolescentes disfrutar de los beneficios que comportan el uso de las redes sociales en su desarrollo y minimizar las repercusiones negativas de estas. Algunas de las recomendaciones:
– Establecer límites claros y flexibles en el uso de las redes sociales
– Fomentar la construcción de relaciones más allá del entorno virtual – Educar sobre el mundo virtual y su falta de correspondencia con el mundo real
Autores:
Alba Gallego Vela
Luis Shaw León