09 Jun Miedo a la muerte
En la vida, uno de los aspectos a los que las personas se enfrentan es al fallecimiento de seres queridos. Es común sentir rabia, culpa, negación, miedo, tristeza, ansiedad, etcétera. Sin olvidar, la aparición de pensamientos o imágenes aversivas relativas a la muerte. En ocasiones, buscamos cierto control para acabar con el sufrimiento y se ponen en marcha estrategias que evitan enfrentarnos a esos eventos internos. La evitación y no poder controlar una situación incontrolable, termina convirtiéndose en el problema.
Cuando ese futuro es incierto y no se encuentra sentido a la muerte, se trataría de acercarnos a ella, en primer lugar desde la aceptación, entendiendo la naturalidad de la misma y, en segundo lugar, desde los valores, sin dejar de perder el camino hacia donde nos dirigimos.
Muchas religiones tienen una idea clara de qué sucede tras la muerte. Sin embargo, nada está escrito, por lo que, podríamos empezar a construir algo nuevo sobre esa imagen negativa de la muerte, algo que nos ayude a darle sentido. Podemos crear una nueva historia que sea útil y nos alivie. Un lugar que nos ofrezca paz y tranquilidad ¿cómo sería ese lugar para ti?

El afrontamiento del duelo / ¿Cómo afrontar situaciones de duelo?
El fallecimiento de una persona cercana a nosotros constituye una situación de estrés, que va a comprometer nuestro bienestar personal y nuestra salud, es por esto, por lo que necesitamos desarrollar nuevas estrategias de afrontamiento, pero ¿a qué nos referimos con afrontamiento?
Con este término hacemos referencia a todos aquellos pensamientos o acciones que utilizamos para responder a situaciones que nos suceden cada día. Cuando estas situaciones sobrepasan nuestras capacidades, es cuando aparece el estrés. Hay que tener en cuenta que las estrategias de afrontamiento no son rígidas y van a estar en constante cambio para manejar de la mejor forma una situación estresante, como lo es un duelo.
Existen distintos tipos de afrontamiento, por ejemplo, ante una situación estresante cuando tratamos de mantenernos ocupados haciendo cosas y activos, estamos ejerciendo un tipo de afrontamiento, que nos brinda cierto sentido de control sobre el contexto. Del mismo modo, durante el duelo, una forma de afrontar la situación vivida es preparando el funeral, de esta forma iniciamos el proceso de despedida del fallecido, dándole sentido a la pérdida y generando sentimientos de utilidad y de calma.
En definitiva, son muchas las formas de afrontar una situación difícil, como lo es un duelo. Sin embargo, una de las mejores formas para afrontarlo, es el afrontamiento emocional. Este consiste en identificar, expresar y soltar las emociones. Por tanto, busca apoyo social y refúgiate en tus allegados, expresa libremente tus emociones y busca formas de solucionar el problema.
¿Para qué sirve el proceso de duelo?
Como hemos explicado en blogs anteriores existe una infinidad de estímulos que pueden desencadenar en nosotros reacciones emocionales de malestar. Y nuestro cuerpo emplea mecanismos físicos para expresar dicho malestar y poner en alerta a quienes nos rodean. Sin ir más lejos la expresión del llanto es un mecanismo que empleamos desde nuestro nacimiento para pedir ayuda; y puesto que nuestra especie ha evolucionado en contextos sociales es muy difícil inhibir el impulso de llorar cuando afrontamos adversidades. En la actualidad, a diferencia de los contextos prehistóricos que nos han moldeado, puede pasarnos a menudo que no queramos expresar nuestros sentimientos porque nos da vergüenza, o incluso porque no queremos molestar a nuestros compañeros de trabajo. Sin embargo el proceso de duelo es inevitable para que nuestro cerebro se pueda adaptar a los cambios.
Actualmente si buscáis información sobre este fenómeno con toda probabilidad leeréis algo sobre la teoría de las 5 fases de la psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross. Estos cinco estadios son la negación, la ira, la negociación, la depresión y la aceptación. Y tienen lugar en mayor o menor grado siempre que sufrimos una pérdida.
¿Tu estilo de apego influye en tu miedo a la muerte?
Por otra parte la teoría del apego sostiene que el vínculo que se forma entre un niño y su cuidador puede influir en las relaciones interpersonales que la persona establece en su vida adulta. Existen cuatro tipos de apego: el apego seguro, donde la persona establece relaciones satisfactorias con los demás, tiene una visión más positiva de sí misma y de sus relaciones con los otros; el apego evitativo, donde la persona valora mucho su independencia y no se siente cómodos dependiendo de los demás; el apego ansioso, compuesto por personas dependientes y desconfiadas en sus relaciones interpersonales; y por último, el apego desorganizado, que se presenta como una mezcla del apego ansioso y evitativo.
Se ha comprobado que las personas con un estilo de apego seguro tienen menos miedo a la muerte. Experimentan la posibilidad de la misma de forma más positiva. Mikulincer y Tolmacz, comprobaron que los sujetos ambivalentes experimentan mayor miedo a la muerte y sentimientos más intensos hacia ella que los sujetos seguros y evitativos. Por otro lado, es más probable que los sujetos ambivalentes teman la pérdida de su identidad social en la muerte, mientras los sujetos evitativos suelen temer la naturaleza desconocida de la muerte, el vacío que supone.
Cómo afrontar el duelo de tu pareja
Nuestra pareja es la persona con la cual establecemos el vínculo más íntimo en la edad adulta. Por ello, su pérdida nos puede parecer una montaña insurmontable. En su libro “Option B: Facing Adversity, Building Resilience, and Finding Joy”, Sheryl Sandberg y Adam Grant reflexionan sobre tres mitos a los que las personas suelen aferrarse ante la pérdida.
En primer lugar, puede aparecer la noción de que son responsables de lo sucedido.
Por otro lado, se puede instaurar la convicción de que la tristeza debe acompañar sus vidas.
Y finalmente el pensamiento de que nunca se sentirán mejor.
El apoyo social puede jugar un papel decisivo al ayudar a la persona a evitar estos patrones de pensamiento disfuncionales. No hay que tener miedo de solicitar ayuda. La mera presencia de seres queridos dispuestos a ayudar es un bálsamo de alivio. Por otro lado, se puede recurrir a psicoterapia o a libros de autoayuda. Es importante entender que el dolor y el miedo son reacciones naturales al principio, y con el tiempo, se debe procurar regresar a la rutina que nos mantiene conectados con el presente y el futuro, y por lo tanto adaptados al entorno.
Autores/as del presente artículo
Laura Moya Jiménez
Andrea Cabrera Pérez
Leticia Santi Rodríguez
Pablo De Los Ríos Padilla