01 Feb Mitos del suicidio
El suicidio sigue siendo un tabú en nuestra sociedad a pesar de su alta prevalencia. De hecho, los expertos hablan de él como una pandemia silenciosa. Y es por eso que siguen estando arraigados muchos mitos y creencias erróneas en torno a él que aún tenemos interiorizadas sin saberlo. Deshacernos de ellos es el primer paso para poder prevenir la conducta suicida.
“La persona que se quiere suicidar no avisa”
Este mito es de los más extendidos, pues se considera que la persona que ha tomado una decisión como es la de quitarse la vida no avisa antes de hacerlo. Sin embargo, la gran mayoría de las personas que se suicidan sí lanzan algunas señales tanto directas (petición de ayuda o expresarlo verbalmente “Quiero quitarme la vida””…) como indirectas (expresiones como “no aguanto más”, “quiero desaparecer”, despedidas, deshacerse de objetos valiosos…). Por ello, reconocerlas y tomarlas en consideración es fundamental para la prevención.

“Hablar del suicidio incita al suicidio”
Comenzamos negando completamente este mito, ya que es totalmente erróneo creer que hablar del suicidio puede provocar el acto suicida. A través de esta creencia, se ha infundido el temor de hablar sobre esta temática, esto puede ser visto en nuestro día a día cuando se evita mencionar la causa del fallecimiento de una persona de nuestro alrededor, la ausencia de charlas informativas etc. La realidad es que hablar del suicidio ayuda a la persona en crisis, de forma que reduce el riesgo de que esta cometa tal acto. Además, hay que considerar que esa vez sea la única oportunidad de conocer las ideaciones suicidas de la otra persona, y en la cual una conversación puede ser de mucha ayuda.
En el caso de mantener una conversación con una persona en riesgo, es muy importante adoptar una escucha auténtica y mucho respeto, lo que transmitirá deseo de ayuda.
“Las personas que se suicidan lo hacen porque desean morir”
Este mito puede parecer obvio en algunos casos, al fin y al cabo suicidarse se puede entender como una forma de ejecutar una acción que se estaba deseando desde hace tiempo, solo que no se ha llevado a cabo anteriormente por miedo. Sin embargo lo que este mito ignora es todo el contexto previo a esa acción. Por ello la psicología, la etología y muchas otras ciencias sociales se centran en hallar las causas de esos fenómenos.
Y para entender esta clase de mitos a menudo resulta más útil poner ejemplos que incluyan variaciones y así se puede hallar mejor la causa del suceso. Por ejemplo, si transformamos la frase “Las personas que se suicidan lo hacen porque desean morir” en “Las personas que se sacan el carnet de conducir lo hacen porque desean conducir”, hay un componente crucial que cambia y que hace que entendamos lo que está pasando de forma distinta e incluso opuesta. En el caso de obtener un permiso de conducción se puede entender que hay una recompensa y una mejora en nuestro estilo de vida, pero en el caso de la conducta suicida ¿Cuál es la recompensa deseada? Existen casos en que la persona quizá deseaba reencontrarse con alguien en el más allá pero cuando esto no se cumple la única explicación plausible es que no persiguen nada, de hecho huyen, huyen de la depresión, de la ansiedad, del sufrimiento que les genera un divorcio, una pérdida, un colapso… Hay
tantos detonantes como personas en el mundo. Pero lo que parece sin lugar a dudas es que no desean morir, desean dejar de sufrir, y el suicidio se acaba convirtiendo en la unica vía de escape que encuentran.
“Las personas que quieren suicidarse lo hacen únicamente para llamar la atención”
Esta frase supone un mito ya que se trata de una simplificación de una situación compleja por la cual, la persona está pasando y no sabe de qué manera gestionarlo, por lo que podríamos pensar que sí, está llamando la atención, pero como un intento de buscar ayuda sin comunicarlo explícitamente. Por lo tanto, esas llamadas de atención hay que atenderlas ya que son indicios de que la persona necesita ayuda y por ende no se trata de algo reduccionista como plantea el mito.
“El que se suicida en un cobarde/ valiente”
Esto es un mito porque el suicidio no tiene nada que ver con la cobardía o la valentía, sino que es señal de sufrimiento y desesperanza. Es un error hacer esas comparativas, sobre todo equipararse con la valentía, ya que al hacerlo sinónimo de una cualidad positiva se vuelve más susceptible de querer ser imitado.
“El suicidio se hereda o está en la familia”
El suicidio es un patrón individual. Se hereda una predisposición frente a trastornos depresivos, pero no la idea suicida como tal. Sigue siendo muy compleja la discusión entre cultura y genética. Así como hay casos de personas que mueren por suicidio y hay existencia de antecedentes familiares de este tipo (validación de la genética), hay otros casos en donde se presenta la situación sin antecedentes familiares (validación de la cultura).
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Autores del presente artículo:
Pablo De Los Ríos Padilla.
Andrea Cabrera Pérez
Andrea Criado Pajuelo
Sofia Hormigos Sanz