Ser Amable con uno Mismo

Ser Amable con uno Mismo

¿Cuántas personas en el mundo se sienten a gusto al 100% consigo mismas? Venimos de una sociedad competitiva, donde resulta casi imposible no mirar lo que tiene la persona que tenemos al lado y compararnos. ¿Cómo afrontamos cuando la otra persona nos parece más atractiva, más inteligente? Por lo general, no muy bien. Para situarnos desde un punto de vista más positivo, tendemos a engrandecer nuestro ego y menospreciar al otro, de manera que salgamos ganando en nuestra comparativa. Esta estrategia resulta dañina cuando al compararnos empezamos a dudar de nuestro propio potencial, juzgando y evaluando de manera errónea la realidad, provocando una enorme carga emocional, que puede llevarnos a sentir incómodos con nosotros mismos.

En este caso, la solución más adecuada resulta dejar de criticarnos y aceptarnos con generosidad. Pero, ¿cómo podemos cambiar la forma de hablarnos?

Primero, tenemos que identificar las palabras que estamos utilizando en nuestra habla interna y revisar si estamos siendo excesivamente críticos con nosotros mismos.

El acto de ser más amables con nosotros mismos trae muchos beneficios para sentar las bases de una buena autoestima. Una relación con uno mismo basada en el respeto, la tolerancia y la aceptación.

Derivado de todas las presiones del ambiente, a las que nos vemos sometidos, también de nuestra propia autoexigencia, es frecuente que nos encontremos hablándonos desagradable a nosotros mismos.

Por tanto, y para mejorar nuestro estado de ánimo y construir una autoestima sana, es necesario aprender a dirigirnos de una manera más compasiva.

Según Susan David, psicóloga investigadora de la universidad de Harvard, la forma en la que manejamos nuestro mundo interno (cómo pensamos), impulsa el movimiento del externo (cómo actuamos). Por ello, la forma en la que gestionamos los pensamientos más desagradables y regulamos las emociones que ello trae consigo, podríamos ser capaces de crear una sensación de seguridad o vulnerabilidad psicológica. Es decir, que tenemos el control de crear un ambiente mental en el que nos sintamos capaces de afrontar las situaciones que se nos presentan o de lo contrario, sentir inseguridad a la hora de llevar a cabo una acción.

La compasión hacia uno mismo es la alternativa perfecta para la búsqueda de la autoestima. El habla interna compasiva puede ser utilizado como un mecanismo de protección ante la autocrítica, pero sin la necesidad de inflar nuestro ego haciéndonos creer perfectos. Esta protección nos puede llevar a asumir nuevos retos y enfrentar demandas del ambiente.

Durante la última década, han existido numerosos estudios que han concluido que las personas que presentan altos niveles de compasión ante sí mismos, tienden a tener mayores motivaciones tanto intrínseca como extrínseca para la consecución de logro y se quieren a sí mismos incluso cuando fallan o no alcanzan sus expectativas. También se ha concluido en estos estudios, que las personas con más autocompasión, tienden a ser más resilientes y adaptarse positivamente al ambiente con más frecuencia.

Pero y ¿qué exactamente significa la compasión hacia uno mismo? Y sí. Es la misma compasión que dirigimos hacia los demás, pero esta vez dirigido a nosotros.

Hay que tomar consciencia del propio sufrimiento, porque para podernos conmover ante nuestro propio dolor, hay que reconocer que existe.

La propia amabilidad con uno mismo nos conduce a un comportamiento proactivo en la búsqueda de nuestro bienestar. Nos impulsa a buscar aquello que nos interesa, lo que nos hace felices. No significa pensar que mis problemas tengan más importancia que los tuyos, pero si darles el valor que tienen y la atención que requieren.

Es por esto, que hacerle caso a la voz crítica ante fracasos y errores, solo conseguirá que el ánimo decaiga. En su lugar, es recomendable hacer uso de la experiencia del sufrimiento para atravesar la emoción sin evitarla, acompañándonos en el proceso y deshacernos de expectativas que no se ajusten a nuestra realidad y, con cariño, reconducir una nueva meta, alcanzable y realista.

CÓMO DESARROLLAR LA COMPASIÓN HACIA UNO MISMO

En un estudio realizado a través de la terapia cognitiva focalizada en la compasión y en el entrenamiento de la mente compasiva, desarrollados por Paul Gibert (2013) y en el programa de Mindfulness y Auto – Compasión desarrollado por Kristin Neff (2006), desarrollado por el Centro para la Investigación y Educación en la compasión de la Universidad de Stanford, se observó que, en su gran mayoría, las personas suelen mostrar una tendencia a juzgar y evaluar las propias emociones de manera polarizada, de forma negativa o positiva en cuanto a las situaciones, o se les considera buenos o malos.

Es importante revisar las palabras que empleamos para hablarnos a nosotros mismos. La autocrítica es una conducta que puede llegar a degradarnos ante personas o situaciones imaginarias, emitiendo juicios erróneos sobre nosotros mismos, pero tomándolo como una realidad.

Por ejemplo, si una persona se siente frustrada, sería importante hacer el ejercicio de preguntarse de dónde viene esa frustración. Si nuestras demandas se ajustan a nuestros recursos y si de manera realista podremos conseguir nuestras metas. La autocompasión nos permite tener una visión más amplia sobre las emociones que nos resultan desagradables y tener una perspectiva más ajustada a la realidad y nos permiten conocernos mejor, adaptarnos mejor y saber nuestros límites. Al tener más compasión, vamos a aprender a a ser más amables con nosotros mismos, aprender a vernos desde afuera, observarnos mejor para tomar mejores decisiones y sentirnos más seguros con nosotros mismos.

Así mismo, suele resultar positivo cuando por un momento hacemos el ejercicio de mirarnos desde otra posición. Intentar traducir las palabras por unas menos rígidas cuando nos dirijamos a nosotros, reconocer que somos humanos y permitirnos un espacio de amabilidad.

Para concluir este artículo, dejamos un ejercicio de reflexión, para que podáis hacer un balance de cómo es vuestra relación con vosotros mismos.

EJERCICIO

  • ¿Cuáles son tus reacciones típicas ante ti mismo y tu vida?
  • ¿Qué tipo de cosas te generan más autocrítica? (aspecto físico, profesión, relaciones, etc.)
  • ¿Qué tipo de lenguaje utilizas contigo mismo cuando observas un defecto o cometes un error?
  • Cuando eres autocrítico, ¿cómo te sientes interiormente?

Luego de hacer una reflexión sobre cómo nos tratamos a nosotros mismos, también hay que destacar la importancia de encontrar palabras alternativas, más adaptativas y amables.

REFERENCIAS:

Neff, Kristine. Sé amable contigo mismo (2012). El arte de la compasión hacia uno mismo.

Neff, K. (2003). Self-compassion: An alternative conceptualization of a healthy attitude toward oneself. Self and Identity, 2(2), 85-101. doi:10.1080/15298860390129863